Drácula de Bram Stoker

Durante todo el día parecíamos atravesar un país lleno de belleza de todo tipo. A veces vimos pequeños pueblos o castillos en la cima de las colinas empinadas como vemos en los viejos misales; A veces corríamos por ríos y corrientes que parecían del amplio margen pedregoso a cada lado de ellos estar sujetos a grandes inundaciones. Se necesita mucha agua y correr fuerte para barrer el borde exterior de un río despejado.

En cada estación había grupos de personas, a veces multitudes, y en todo tipo de vestimenta. Algunos de ellos eran como los campesinos en casa o los que vi en Francia y Alemania, con chaquetas cortas y sombreros redondos, y pantalones caseros; Pero otros eran muy pintorescos.

Las mujeres se veían bonitas, excepto cuando te acercaste, pero eran muy torpes con la cintura. Tenían todas las mangas blancas llenas de algún tipo u otro, y la mayoría de ellas tenían grandes cinturones con muchas tiras de algo revoloteando de ellos como los vestidos en un ballet, pero por supuesto había enaguas debajo de ellos.

Las figuras más extrañas que vimos fueron los eslovacos, que eran más bárbaros que el resto, con sus grandes sombreros de vaca, grandes pantalones holgados de color blanco sucio, camisas de lino blanco y enormes cinturones de cuero pesados, casi un pie de ancho, todos tachonados con clavos de latón. Llevaban botas altas, con sus pantalones metidos en ellas, y tenían el pelo largo y negro y pesados ​​bigotes negros. Son muy pintorescos, pero no parecen prepossos. En el escenario se colocarían a la vez como una antigua banda oriental de brigandos. Sin embargo, me dicen, muy inofensivos y que desean en la autoafirmación natural.

Estaba en el lado oscuro del crepúsculo cuando llegamos a Bistritz, que es un lugar antiguo muy interesante. Estar prácticamente en la frontera, para el pase de Borgo conduce de él a Bukovina, ha tenido una existencia muy tormentosa, y ciertamente muestra marcas de ello. Hace cincuenta años, tuvo lugar una serie de grandes incendios, que hicieron un estragos terribles en cinco ocasiones separadas. Al comienzo del siglo XVII se sometió a un asedio de tres semanas y perdió 13,000 personas, las víctimas de la guerra son adecuadas para la hambruna y la enfermedad.

El conde Drácula me había ordenado que fuera al Hotel Golden Krone, que encontré, para mi gran deleite, para que fuera completamente anticuado, porque, por supuesto, quería ver todo lo que podía de los caminos del país.

Evidentemente, se esperaba, ya que cuando me acercé a la puerta me enfrenté a una mujer anciana de aspecto alegre con el vestido campesino habitual, la ropa interior blanca con un largo delantal doble, delantero y espalda de cosas que se ajustan casi demasiado apretadas para la modestia. Cuando me acerqué, se inclinó y dijo: "¿El inglés Herr?"

'Sí', dije, 'Jonathan Harker'.

Ella sonrió y le dio algún mensaje a un hombre mayor con mangas de camisa blanca, que la había seguido a la puerta.